

El pasado sábado 27 de octubre, los budistas valencianos de las diferentes escuelas, fuimos convocados a una manifestación en protesta por los recientes sucesos en Birmania.
A las 19 horas nos reunimos en la plaza del Parterre de Valencia. Este encuentro generó un ambiente entrañable y cordial. Al comenzar la marcha, el Lama Langsang , residente de la escuela Gelupa de la comunidad Valenciana y el Maestro Dokusho Villalva representante de la escuela Soto Zen, leyeron un manifiesto dirigido a los asistentes y a las televisiones locales y nacionales.
La marcha transcurrió por la calle de la Paz en dirección a la plaza de la Virgen , en silencio, en fila de dos y portando velas en las manos. Fueron unos momentos de paz y recogimiento preciosos, de gran intensidad.
Nuestra sorpresa fue que el Ayuntamiento cortó el tráfico , cosa que no estaba prevista, y pudimos caminar por el centro de la calle , de forma que se consiguió mucha más expectación de la esperada. Dos grandes pancartas amarillas con la palabra paz en diferentes idiomas encabezaban la marcha junto con el Lama Gelupa , el Maestro Zen y algunos monjes y monjas.
Silencio, recogimiento y solidaridad de los budistas valencianos y otros simpatizantes por el pueblo Birmano. Protesta pacífica por la dictadura y la violencia de todos los tiempos: presentes , pasados y futuros. Más que una manifestación , se vivió como una ceremonia religiosa, como una marcha meditativa.
Unas trescientas personas en total, desfilando por las calles de Valencia.
El recorrido terminó en el la plaza de la Virgen y allí bajo la puerta gótica de la catedral todos unimos nuestras voces y corazones recitando el Metta Sutta, el Sutra del Amor Benevolente:
“Que nadie engañe ni desprecie al otro
En ningún lugar; que no desee el sufrimiento
Del otro con provocación o enemistad.
Así como una madre protege a su propio hijo,
Su único hijo, a costa de su propia vida,
De la misma forma uno debería cultivar un
Corazón sin límites hacia todos los seres.
Que sus pensamientos de amor llenen todo
El mundo , arriba, abajo y a lo largo ; sin diferencias,
Sin malicia, sin odio…”
Que los méritos de este Sutra y de nuestra práctica sean ofrecidos por el pueblo birmano, especialmente por aquellos que son brutalmente castigados por luchar contra la injusticia humana.
A las 19 horas nos reunimos en la plaza del Parterre de Valencia. Este encuentro generó un ambiente entrañable y cordial. Al comenzar la marcha, el Lama Langsang , residente de la escuela Gelupa de la comunidad Valenciana y el Maestro Dokusho Villalva representante de la escuela Soto Zen, leyeron un manifiesto dirigido a los asistentes y a las televisiones locales y nacionales.
La marcha transcurrió por la calle de la Paz en dirección a la plaza de la Virgen , en silencio, en fila de dos y portando velas en las manos. Fueron unos momentos de paz y recogimiento preciosos, de gran intensidad.
Nuestra sorpresa fue que el Ayuntamiento cortó el tráfico , cosa que no estaba prevista, y pudimos caminar por el centro de la calle , de forma que se consiguió mucha más expectación de la esperada. Dos grandes pancartas amarillas con la palabra paz en diferentes idiomas encabezaban la marcha junto con el Lama Gelupa , el Maestro Zen y algunos monjes y monjas.
Silencio, recogimiento y solidaridad de los budistas valencianos y otros simpatizantes por el pueblo Birmano. Protesta pacífica por la dictadura y la violencia de todos los tiempos: presentes , pasados y futuros. Más que una manifestación , se vivió como una ceremonia religiosa, como una marcha meditativa.
Unas trescientas personas en total, desfilando por las calles de Valencia.
El recorrido terminó en el la plaza de la Virgen y allí bajo la puerta gótica de la catedral todos unimos nuestras voces y corazones recitando el Metta Sutta, el Sutra del Amor Benevolente:
“Que nadie engañe ni desprecie al otro
En ningún lugar; que no desee el sufrimiento
Del otro con provocación o enemistad.
Así como una madre protege a su propio hijo,
Su único hijo, a costa de su propia vida,
De la misma forma uno debería cultivar un
Corazón sin límites hacia todos los seres.
Que sus pensamientos de amor llenen todo
El mundo , arriba, abajo y a lo largo ; sin diferencias,
Sin malicia, sin odio…”
Que los méritos de este Sutra y de nuestra práctica sean ofrecidos por el pueblo birmano, especialmente por aquellos que son brutalmente castigados por luchar contra la injusticia humana.